domingo, 15 de enero de 2012

El filmar conurbano y algo más.

“Años debieron pasar seguramente los necesarios, no podemos solo por la voluntad adelantarnos al tiempo. Pero comenzó. Quizás hartos de pensar la vida desde la cabeza insomne de la capital o de que para el interior profundo argentino nos confundan con porteños, el conurbano comenzó a perfilarse como una identidad cultural diferenciada de sus vecinos capitalinos como también del entorno rural que lo rodea.

El oeste y su sol tardío, el sur demoliéndose a si mismo casa tras casa centenaria y un norte binario entre la opulencia y la orfandad.

El Conurbano no tiene  un Este, allí deposita sus sueños en un rio de dudosa condición (al menos para el poeta), que bien pudo llamarse mar.

Esa confusión de sentidos, de imágenes neblinosas, de distancias largas, complicadas inconexas de ciudades que no se conocen entre si.

Tanto y tan grande mundo se despliega en los relatos de estas tierras que están comenzando a impregnarse en los nuevos medios tecnológicos que estallaron en miles de manos ojos y plumas de experimentados, avezados e improvisados realizadores que con más o menos herramientas decidieron comenzar a filmar a la vuelta de la esquina, con los vecinos. Con un elenco formado de actores que se formaron con grandes maestros de la actuación y desarrollan su actividad en el propio barrio junto los convocados de turno, el remisero, la almacenera. El vecino de la otra cuadra.

Poniendo en escena ni más ni menos que lo que pasa allí, el conurbano… creando el mito a través de la representación; con el fuego impregnado en cada uno de los que lo hacen; la creación y el espacio tomado por derecho propio. “esta es mi casa y aquí filmo” estas son las luces de mi calle, los àrboles que florecen y alfombran mi calle en otoño, pinto mi aldea.

No hacemos ni mas ni menos que lo que hacìa Fellini al filmar su Rimini natal, contar de lo que sabemos.

Estamos en proceso, con esperanza, alegría y fuerza creadora… sin esperar sin pedir permiso ni permisos.

No es casualidad que en estos tiempos esto sea posible, y que los artistas comencemos a tomar la calle en variadas formas, porque la esperanza es el motor de cualquier actividad, no por nada en la “Divina Comedia” el infierno mas terrible es aquel que lo único que pide es dejar fuera la esperanza…

Y estamos con la esperanza viva.

El conurbano es un motor que se retroalimenta permanentemente de inmigrantes de todas partes… que no hacen mas que generar nuevos relatos, nuevas problemáticas y vicisitudes. Si don Armando Discepolo viviera seguramente ambientaría una de sus obras en la nueva Babilonia conurbanense.

Prepárense porque no solo hay gente apretando “REC” en la cámara sino hundiendo el pincel en tintas del riachuelo, sonando música al compas de un tren o hablando, algún actor, en un teatro de Lanús una jerga típica de Zona sur..

El Fecico es la primer pantalla que abre esas voces al mundo… un mundo que recorre nuevos caminos pero que supo cobijar y nutrir cuentos de Borges, Cortàzar, Pepe Biondi y a hora se multiplca en mil ojos, manos y voces…

Que florezcan mil flores que hay quien las riegue y quien las narre…”

Guillermo Roig